Un día como hoy hace un año me preparaba
psicológicamente para mi segunda entrada al quirófano: la segunda cesárea de mi
vida. Ya lo sabía, ya lo teníamos programado, maleta lista y al hospital en la
tarde.
Te esperaba ansiosa, mi niño. Después de pasar
nueve meses de un embarazo feliz y entre ratos un poco complicado no tienes
idea de cuanto deseaba ver tu carita, escuchar tus lloritos, acunarte en mis
brazos.
Y si, estaba nerviosa. Esperaba que con la
experiencia previa que ya no me sorprendiera nada, pero no fue así. Esta vez
tuve que ir sola al quirófano porque los médicos no permitieron que tu papá se
quedara conmigo así que yo solita escuché el llantito que pegaste al momento de
salir.
Que decirte, mi bebé? Al verte se me salieron las
lágrimas. La pediatra te acercó bastante a mi y yo sin poder abrazarte por
culpa de la posición de brazos que debía mantener. Pero te vi, tu carita
redondita, naricita perfecta, cachetitos rosaditos. Que niño tan lindo!
Lo que recuerdo después es estar en el cuarto
contigo. Dormir junto a ti me daba una tranquilidad enorme. Entre ratos abría
los ojos y me encantaba lo pacíficamente que dormías. Así fuiste tranquilito
hasta los tres meses. Ahí empezó el relajo.
No te miento, mi niño. Con tu papá pasábamos horas
imaginando las travesuras que harías, como pasearías por la casa, tus risitas
con tu hermana y tantas cosas. Déjame decirte que todo se ha cumplido y hasta
más! Hoy, con solo un añito has hecho más travesuras que yo en mi vida, y vas
casi a la par con tu papá jejeje. Nos encanta verte tratando de dar pasitos,
desbaratando la casa, jugando con tu ñañita, riéndote de las cosas que pasan a
tu alrededor.
Así te quiero conservar siempre: feliz, que nunca
te falte energía para hacer las cosas que te propones, que explores el mundo
con la misma curiosidad que lo haces ahora.
Sé que no he estado muy cerca debido a mi trabajo y
por eso este año se me ha ido volando. Me duele no haber estado ahí en todos
tus momentos pero te aseguro que mi amor por ti no disminuye jamás, todo lo
contrario: crece cada día como tú lo haces, a pasos agigantados.
Mi bebito, mi Netito, mi godi. Un día como hoy hace
un año llegaste a nuestras vidas trayendo
más alegría, más risas y más amor a nuestro hogar. Te sigo viendo
igualito que cuando te recibí en mis brazos por primera vez, sólo más
grandecito, más fuerte y más risueño.
Te amo, mi chiquito. Eres la piecita que completa
el rompecabezas de mi vida.
Que nunca se borre esa sonrisita con hoyitos en tus
cachetitos, es la que ilumina mi llegada a casa cada día.
Con amor
Mami.
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