jueves, 17 de mayo de 2018

De niñeras y leyes laborales

Tal como les había dicho en la entrada anterior, tenía pendiente contar la última historia sobre experiencias de terror que he tenido con empleadas domésticas. He sido empleadora doméstica desde hace 7 años aproximadamente y tuve experiencias de todo tipo... pero esta última ha sido la peor y quiero compartirla.

Se trata de una señora que estuvo 4 años trabajando conmigo en mi casa, a quien di mi entera confianza. Pero al final, debido a la situación económica que atravesamos mi esposo y yo, no podíamos seguir empleándola ya que el gasto era muy fuerte, aunque trabajara solo medio tiempo. Es por esto que decidimos conversar con ella y le ofrecimos un acuerdo con una LIQUIDACIÓN JUSTA (calculada incluso con un Inspector de Trabajo). La idea del acuerdo era que si a ella le parecía bien se retiraba con su liquidación, y si no seguiría con su trabajo normalmente.


Un poco a regañadientes, lo aceptó y hasta firmó aquel papel que redacté, con los valores revisados por el Ministerio de Trabajo, pero sin firmas o sellos de ellos (error No. 1). Pero vino alguien a meterle la idea de que podía demandarme como que la hubiera despedido intempestivamente y que podría sacarme una muy mayor cantidad de dinero. Y eso hizo.


Quizás porque aun soy joven, confiaba mucho en ella y porque era un contrato verbal, en todo ese tiempo que trabajó conmigo jamás se me ocurrió hacerle firmar un recibo de pago a la señora (error No. 2 y el más grave). Yo sé que hice todo correcto, siempre le di todos los beneficios de ley, incluso cuando la gente cercana me decía que le pagaba demasiado. Le di afiliación al seguro social, vacaciones, décimos, fondos de reserva, hasta canasta navideña... y así es como me paga: MINTIENDO DESCARADAMENTE frente a un juez diciendo que jamás le pagué nada de eso.


Claro, pude refutar algunas de sus demandas con pruebas, ya que los pagos obligatorios al IESS los hice siempre por medios electrónicos, de lo cual queda registro; pero de nuevo, por no hacer firmar recibos, la sentencia del juicio me obliga a pagarle una cantidad que aunque es menos de lo que demandó, sigue siendo descomunal para mis bolsillos, que se refiere al pago de vacaciones y décimos durante 4 años, como que nunca se los hubiera pagado.


Las leyes laborales no favorecen al empleador, sino al empleado siempre y así esta escrito en el Código de Trabajo. Esto hace que se satanice a todos los empleadores como abusivos, sapos que solo buscan pagar menos y ganar mas, explotadores y tantas cosas mas, y que casos hay, pero también habemos empleadores honestos, que queremos hacer las cosas bien y necesitamos protección ante gente como ésta que pretende arreglarse la vida con nuestros errores.


El Código de Trabajo mismo indica que en el caso del servicio doméstico, el empleador NO PERSIGUE FINES DE LUCRO, es decir, no tenemos ninguna ganancia o producción alguna por darle empleo a alguien. Merecemos esto? Darle todo el dinero que pida el empleado aun cuando nosotros pasamos por una crisis económica solo por haber olvidado algo como un papel cuando se suponía que trabajábamos en confianza?


Sobre la persona que me demandó, debo decir que aunque los primeros años trabajó muy bien, al final no lo hizo: faltaba constantemente y sin previo aviso, no acataba las disposiciones que se le daban, y otras faltas más que me las aguanté sólo porque sabía que si la despedía, debía pagarle una indemnización que no estaba a mi alcance. Así que cuando ya no se pudo más, quise buscar el medio menos conflictivo y más justo para salir de esto, sin perjudicarla ni a ella ni a mí. Sin embargo, lo que me hizo fue como una puñalada para mí, sólo por el interés del dinero que se le metió entre ceja y ceja.

Soy inexperta, lo se. Fui ilusa y tonta, también lo aprendí ya. Pero si de esto alguien mas aprende, no habrá sido en vano.


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