martes, 19 de febrero de 2019

Educar en responsabilidad

Este fin de semana tuve una pequeña reunión familiar, se podría decir. Era el cumpleaños de una de mis sobrinas y sus padres organizaron una comida a la que yo y mi pequeña familia de cuatro llegamos bastante temprano, para pasar el día y que los niños se reúnan y jueguen como les gusta.

Pero tuve una pequeña anécdota que me gustaría contar: estaba yo en la sala y una de mis sobrinitas (casi de la misma edad que Ely) sale de la cocina y me dice "tía, regué agua en la cocina". Y yo le respondí "bueno, toma un trapo y por favor, limpia". Mi sobrina se quedó mirandome como sin saber qué hacer. Al ver esto le indiqué dónde estaban los limpiones y le indiqué cómo debía secar el agua que había regado. Al final, lo hizo, pero siempre con la misma carita de incredulidad.

Y es eso lo que me ha llevado aquí a escribir hoy. Me di cuenta por la reacción de la nena que ella no está acostumbrada a responsabilizarse por sus acciones. Ella esperaba que con decirme que había regado agua en la cocina, yo tendría que saltar a limpiar lo que ella había ocasionado accidentalmente. La respuesta que le di, indicándole que ella misma se hiciera cargo de su problema, la desconcertó y no sabía cómo reaccionar.

Para mí, en cambio, resultó tan normal indicarle que limpiara porque es lo que siempre hago en casa con mis hijos. Ellos saben que si riegan algo tienen que limpiarlo, dentro de sus posibilidades, obviamente; para desastres grandes nos encargamos su papá o yo, pero siempre en presencia del niño para que aprenda a hacerlo después.

Entonces, me puse a pensar en cómo estamos educando a nuestros hijos, y aunque no parezca que haya derivación, sí, me fui tan lejos hasta los problemas del mundo y cómo se podrían solucionar con pequeñas enseñanzas en casa, como en este caso, de enseñar sobre la responsabilidad de sus acciones.

Es que, actualmente vemos con tanta frecuencia a millenials quejándose por que les toca ser adultos que me pone a pensar que en su casa nadie les enseñó a limpiar el agua que regaron en la cocina. Existe actualmente una generación tan consentida que ahora buscan hasta cambiar leyes que les permitan seguir atribuyéndose derechos pero jamás hablan de sus deberes y responsabilidades para con la sociedad.

Como padres de esta generación que se está formando, pienso que debemos preocuparnos por darles una educación que va más allá de las matemáticas, la ciencia y la gramática; para eso está la escuela. En casa, tenemos que EDUCAR EN VALORES, enseñarle a nuestros hijos a ser responsables y conscientes de la realidad social en que vivimos.

Suena a tarea majestuosa... pero se puede empezar con algo tan sencillo como enseñarles a limpiar el agua que regaron en la cocina.

Les dejo el link de un poema escrito por el ecuatoriano José Joaquín de Olmedo, llamado Alfabeto para un niño. Recuerdo que esta poesía me la enseñaron en la escuela y habla sobre las reglas que los niños deben observar para convertirse en buenos ciudadanos del mundo. No dejen de leerla y de enseñársela a sus hijos.

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