Tú no lo viviste, pero tu mamá y
yo éramos muy unidas. Cuando yo era niña y ella tenía tu edad, conversaba
muchísimo conmigo cada noche. Me contaba sus anécdotas, sus sueños, sus
ilusiones y tantas cosas que compartimos. Hoy la vida nos ha puesto lejos, no
tuve la oportunidad de ser parte de esta faceta suya como madre, pero siempre
en mi corazón ustedes están presentes.
Es por esto que el cariño que te
tengo, quizás nunca te lo haya podido expresar tanto. No he llegado a conocerte
como hubiera querido. No he podido ser la tía cool que quería ser para ti
(después de todo, eres mi primera sobrina!). Pero eso no quita que me preocupe
por ti, que te quiera mucho y que quiera enseñarte un poco de mi vida, porque como
tan sabiamente me decía tu madre: el sabio experimenta en cabeza ajena (valga
la redundancia).
Hoy cumples 15 años, exactamente
la mitad de lo que tengo yo ahora (qué vieja que estoy!) y sé bien que esta
época está llena de sueños, ilusiones… y también de desilusiones que te
arrancarán más de una lágrima. Mija, es parte de la vida y lo único que puedo
aconsejarte yo, es que de cada lágrima tuya saques una lección, y que cuando
derrames una, te asegures de que sea por algo que realmente valga la pena. De
otra forma, haz de tripas corazón, límpiala y sigue adelante, que lo mejor está
por venir… y no tienes ni idea de qué te espera.
A los 15 años es tan fácil ver
como si cualquier herida pudiera derrumbar tu mundo en un segundo, pero yo te
digo que no es así. Vas a vivirlo intensamente, porque esta es la edad para
ello. Aprenderás y un día, cuando tengas mi edad, quizás leas esta carta y
dirás que tenía razón.
Mira siempre adelante, pequeña.
Aprende a conocerte y conocer a los demás. Sólo así te darás cuenta de lo que
vas a querer realmente para tu vida. Confía en tu corazón, él te llevará lejos;
pero cuando te sientas perdida, confía en los mayores que queremos lo mejor
para ti y te aconsejaremos con la sabiduría que nos permitan nuestros años y
nuestra experiencia. Dicen que la experiencia no es un accidente, y yo creo que
es un conjunto de ellos (jeje).
Sonríe y sé feliz. Como siempre
le digo yo a mi hijita: Promete que serás feliz, te pones muy guapa al reír; y
así, sólo así quiero recordarte. Así, adelante. Así, vida mía, ahora te toca a
ti seguir nuestro viaje.
Feliz cumpleaños, mi pequeña.
Siempre te diré pequeña aunque seas 2 veces más alta que yo (quien no?). En
este y todos los días de tu vida, deseo para ti luz y alegría. Que tu sonrisa
no se apague jamás.
Te dejo con una canción que,
cuando tenía tu edad, me gustaba mucho, pero no la terminé de entender hasta
ahora. Espero que te guste.
Cuando era pequeño me enseñaron
A perder la inocencia gota a
gota
Qué idiotas!
Cuando fui creciendo aprendí
A llevar como escudo la mentira
Qué tontería!
De pequeño me enseñaron a querer
ser mayor
De mayor quiero aprender a ser
pequeño
Así cuando cometa otra vez el
mismo error
Quizás no me lo tengas tan en
cuenta
Me atrapó el laberinto del
engaño
Con alas de seda me escapé
Para no volver
Cerca de las nubes como en
sueños
Descubrí que a todos nos sucede
Lo que sucede
De pequeño me enseñaron a querer
ser mayor
De mayor quiero aprender a ser
pequeño
Así cuando cometa otra vez el
mismo error
Quizás no me lo tengas tan en cuenta.
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